El aceite de argán puede reparar tu pelo
Si nunca has usado el aceite de argán para el pelo, no dudes en probarlo. El aceite de argán, por sus propiedades hidratantes y sus vitaminas puede ayudar a mantener el cabello sano y lustroso.
Química del pelo
La estructura de un cabello humano está compuesta de un eje o núcleo y varias capas protectoras (cutícula), el eje está insertado en la piel unos 4 mm dentro de una cavidad llamada folículo piloso, la raíz del pelo es la parte que está insertada en esta cavidad, esta parte está compuesta de tejido conjuntivo y vasos sanguíneos, a traves de los cuáles se aportan al pelo los nutrientes necesarios. El tallo está formado por queratina (proteína), que contiene una alta cantidad del aminoácido cisteína, la cuál a su vez, contiene azufre.
Las cadenas de queratina se mantienen unidas por medio de tres tipos de enlaces: Puentes de Disulfuro, Puentes de Hidrógeno y Puentes salinos ácido-base
El viento, la lluvia, la luz solar, piscinas y agua salada, químicos fuertes, permanentes excesivas, decoloración o coloración y daño mecánico causado por cepillado fuerte puede causar daño al cabello.
Un cabello sano necesita una alimentación completa con todas los minerales, vitaminas y aminoácidos.
Una deficiencia en vitaminas o un nivel anormal de proteínas, debido a una dieta desequilibrada o a cambios hormonales, puede alterar su crecimiento, dañando la estructura y la operación de la raíz del pelo. Estas situaciones pueden llevar problemas de pérdida y caída del cabello.
Cada folículo tiene una glándula sebácea que es responsable de mantener la condición del pelo. El sebo es ese material graso producido por las glándulas sebáceas que lubrica naturalmente el cabello.
El cabello esta genéticamente preparado para realizar unos 25 ciclos con una duración de unos 4 años aproximadamente cada uno de ellos.
Cómo funciona el champú
El champú limpia separando el sebo del cabello. El sebo es un aceite segregado por las glándulas sebáceas, que a su vez es expulsado al exterior mediante los folículos pilosos (invaginaciones en la dermis), es fácilmente absorbido por los cabellos formando una capa protectora, también protege de daños externos la estructura proteínica del cabello, pero tiene un coste asociado: tiende a atrapar la suciedad, las escamas del cuero cabelludo (caspa) y los productos que se suelen añadir al cabello (perfumes, gomina, geles, etc). Los surfactantes del champú separan el sebo de los cabellos, arrastrando la suciedad con él.
Aunque tanto el jabón como el champú contienen surfactantes, el jabón se mezcla con la grasa con demasiada afinidad, de manera que si se usa para lavar el cabello elimina demasiado sebo. El champú usa surfactantes más equilibrados para no eliminar demasiado sebo.
El mecanismo químico que hace funcionar el champú es el mismo que el del jabón. El cabello sano tiene una superficie hidrofóbica a la que se adhieren los lípidos, pero que repele el agua. El agua no puede arrastrar la grasa, por lo que no se puede lavar el cabello solo con agua. Cuando se aplica champú al cabello húmedo, se absorbe en la superficie entre el cabello y el sebo. Los surfactantes aniónicos reducen la tensión de superficie y favorecen la separación del sebo del cabello. La materia grasa (apolar) se emulsiona con el champú y el agua, y se arrastra en el aclarado.
Aceite de argán para el pelo seco
Este tipo de cabello abunda cada vez más, como consecuencia de las tinturas, la permanente, los modelados, el uso del secador, de la planchita y las carencias vitamínicas de la dieta actuales. También puede tratarse de una sequedad estacional, por acción intensiva del sol.
Un cabello es seco desde el punto de vista orgánico cuando las glándulas sebáceas cumplen su función en forma desequilibrada, provocando una mala lubricación de la fibra capilar.
Cuidados específicos
Usa frecuentemente productos nutritivos e hidratantes, desde champú, hasta cremas desenredantes y mascarillas, como mínimo una vez a la semana.
En las vacaciones, es imprescindible el uso de aceites protectores durante las horas de playa. Crean una barrera protectora que impide que aumente la sequedad del pelo.
Si puedes, sécate al aire libre, ya que el calor del secador aumenta la sequedad y el aspecto pajizo.
Toma vitaminas A y E.
Aceite de argán para el pelo graso
Las glándulas sebáceas en estos cabellos segregan un exceso de grasa que provoca una lubricación excesiva del pelo.
Las causas suelen ser:
- Hereditarias.
- Por desequilibrios hormonales.
- Por alteraciones el sistema nervioso.
- A veces, por ingestión de anticonceptivos.
Otras veces, el pelo puede estar temporalmente graso debido a:
- Agotamiento
- Menstruación
- Ansiedad
- Fiebre elevada o prolongada
Cómo se reconoce el pelo graso
- Se reconocen por su aspecto oleoso, con las fibras pegadas entre ellas.
- Parecen siempre sucios por la mayor adherencia de la polución ambiental.
- La mayor cantidad de grasa aparece en las raíces, por la proximidad al cuero cabelludo, donde se encuentran las glándulas sebáceas.
Cuidados específicos
- Elige bién el champú, que no tenga demasiado detergente, sino uno específico para cabellos grasos, con el fin de rectificar el exceso de grasa y restablecer el equilibrio.
- Lávalo cuantas veces sea necesario, pero sin masajear el cuero cabelludo, de modo de no activar aún más las glándulas sebáceas.
- Aplícate los productos suavemente con la palma de las manos, haciendo círculos y sin presionar el cuero cabelludo.
Evitar todo tipo de agresiones: Cepillado, agua caliente o agua fría (sólo templada), aire de secador.
Aceite de argán para el pelo mixto
La grasa se distribuye cerca del cuero cabelludo, dejando las puntas totalmente secas.
Cuidados específicos
Aplícate el champú en dos tiempos: La primera dosis sobre el cuero cabelludo, masajeando el producto sin presionar demasiado, y la segunda dosis sobre el tallo capilar y las puntas, lavándolos como corresponde.
Después te aclaras con agua abundante y sin masajear, y luego te pones las cremas desenredantes y las mascarillas nutritivas e hidratantes a lo largo de la fibra y en las puntas del pelo, haciéndolas penetrar con movimientos que sigan el largo del pelo por mechones, evitando cuidadosamente tocar o tironear el cuero cabelludo.